El
25 de Noviembre fue el día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra las Mujeres; en esta fecha, en 1960, fueron asesinadas, por los hombres
del dictador Trujillo, las hermanas Mirabal en la República Dominicana.
Lo malo de las dictaduras, sean del
signo que sean, es que además de muertos y torturados dejan un reguero
ponzoñoso en el lenguaje donde van a abrevar narcisistas y esnobs, nostálgicos
del absolutismo y la miseria que quieren seguir, añorantes, cumpliendo sus
escarmientos aunque solo sea de palabra.
Así, los machistas actúan como seres
bestializados que aman los tiempos de la esclavitud, por eso todas las mujeres
debemos salir a la calle, para que se vea nuestra presencia en la modernidad de
2018, para que el presente y el lenguaje limpio gobierne nuestro vivir.
Aquí, en Córdoba, el pasado 25N llovió
a cántaros, pero esa no fue razón para que nos quedáramos en casa. Un mar de
paraguas de colores chispeantes y de cánticos violetas llenaron los jardines y
el asfalto: Estábamos reclamando el derecho a ser respetadas.
Decíamos: “Vaya lo que está cayendo”,
pero seguíamos adelante. Me encontré en el inicio de la manifestación a Paco Gea
y Josefina Vida, pertenecientes a la Asociación Vecinal de Valdeolleros. Me
alegra ver a los hombres que nos acompañan, los hombres que emprenden sin
tapujo el camino del feminismo. Después saludé a Antonia Valenzuela, de
Atalanta, asociación de Posadas, y a otras amigas que iba encontrando por el
camino, amigas de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres.
Dulcenombre Rodríguez iba de arriba abajo, atareada, como siempre. Y llovía, y
llovía si tenía que llover.
Hice un buen trayecto con Jessica Lara
que es periodista y así, por andar las dos con las letras empezamos a hablar de
la inspiración. Yo le dije que ya no la buscaba, que lo que me costaba era
ponerme, pero que una vez que estaba
frente al cuaderno escribía fácilmente y, mientras le hablaba pensaba en la
hermosa novela Las razones de Jo de
Isabel Franc, y pensaba en la juventud de Jessica y en el disfrute que es
hablar con una compañera.
Le di un abrazo a Ana Granados y a
Carmen García Palomo, a Nati Mañas y Carmen Flores, las chicas del Fórum de
Política Feminista. Y otro abrazo a
Isabel Calvo, siempre me alegra verla, ella es la madrina de Jessica y una de
las destinatarias de mis postales viajeras, siempre me dejo aconsejar por su
criterio literario y por su cálido tono de voz.
Y me encontré a Isabel María Gómez
Amate, le pregunté por nuestra amiga Justa Roa que tanto queremos todas. Y por último
me encontré con Antonia Ramos Gálvez, Antonella, con su vitalidad contagiosa.
Se me olvidó decirle que tengo guardado en un estuche el poema de Rosario Castellanos: “Se
habla de Gabriel”, que lo leeremos en una tarde sabrosa de anís donde
compartiremos nombres de escritoras.
Y digo esto para que conste, y quede
registrada nuestra pequeña historia de activistas. Y digo todo lo que mi memoria
alcanza porque se nos olvidó hacernos una foto dedicada a las buenas maneras,
una foto de luchadoras que ningún esnob podrá romper.