El
domingo 13 de Octubre de 2019 fui a ver una exposición al Museo Thyssen de
Málaga: “Fantasía árabe. Pintura orientalista en España 1860-1900.” A la salida
compré un libro de Edward W. Said titulado Orientalismo.
Fue una hermosa tarde acompañada por mi madre, paseamos por la calle Larios,
nos tomamos un té en la Plaza de la
Constitución.
En el libro de Said se cita un texto de
la novela Bouvard y Pécuchet del
escritor francés Flaubert y dice así: “El hombre moderno está en continuo
progreso. Europa será regenerada por Asia. Siendo ley histórica que la
civilización vaya de Oriente a Occidente (…) las dos formas de humanidad
finalmente se fundirán en una sola.”
Mi madre y yo seguimos nuestro camino:
admiramos la luz de la tarde, andábamos pausadamente, ya no tenemos prisas,
ambas hemos llegado a ser dueñas de nuestros ritmos, de nuestros latidos.
Veníamos de ver arte y de gastar poco dinero, y eso nos satisface.
El domingo 8 de Diciembre de 2019
fuimos las dos, de nuevo, a un museo, esta vez al Museo Ruso donde vimos una
exposición dedicada a Anna Ajmátova y otra dedicada a Nicolay Roerich. El Este
de nuevo nos llamaba con su delicado aroma de lo distinto. Al volver a casa
vimos las luces de Navidad, la ciudad estaba repleta de turistas.
Siempre he pensado que en esta cara del
mundo lo demasiado nos parece poco, que tenemos que aprender de todo lo que nos
ofrece Oriente como si fuéramos curiosas personas desposeídas de lo previsible.
En nuestras manos está hacer de nuestra alma una cuna donde nazca el
agradecimiento, un lugar donde aceptemos sin superioridad lo que nos regalan
los versos que vienen de la lejanía y que ahora, gracias a estar tan juntos,
los tenemos tan cerca.
Debemos, sinceramente, preguntarnos de
qué nos sirven las guerras. Y mientras escribo esto veo el rostro de mi madre,
cansada, porque en los museos ponen pocos asientos para que podamos contemplar
los cuadros que nos gustan, eso dice ella. Veo su cara de paciencia ante mi
avidez de cultura y cultura es ella, mi madre que tanto sabe, que es una
pintura turquesa y niña. Enigmática como si dentro de sí llevara Oriente, Occidente y todo lo que nos ha cuidado y nos cuida.
Mi madre y yo, pronto estaremos viendo museos. |