sábado, 21 de marzo de 2020

La Maestra

Este poema está dedicado a Remedios Fernández García, pronto volveremos a pasear.



Me trae hermosos tejidos de Nador,
cree en el azar
y en la buena caligrafía.
Tiene la fuerza de mil alfombras
voladoras
y el arrojo de equivocarse
y empezar de nuevo.
Me regaló a su hija
y por eso le estoy agradecida.
Es fantasiosa
y le gusta merendar,
su ventana da al río dorado
y hace bufandas sin parar.
Huyó a Francia por amor
y regresó por amor.
Es pícara,
enamoradiza
y le gusta el café de la mañana
en la calle,
y las flores de Moguer
que ella decidió respetar.
Un día le dio la mano a Alberti
y me lo ha contado mil veces
mientras tomamos chocolate.
De pronto se pone romántica
y escucha a Moustaki
o nos relata a medias
sus viajes por Marruecos,
ese país que ama tanto
como la libertad
de las dunas
y el azul del mar en África.
Es mi suegra,
es mi amiga.