sábado, 14 de marzo de 2020

Nada más y nada menos



Son bellísimas,
han entrado en la mediana edad.
Sueñan con el sol
inclinado en la avenida de los tilos
y con la calle de las acacias.
Sueñan con el olor del café
cuando la tarde nos vence
y están la una con la otra,
sin más.
No pretenden nada,
con placidez sueñan con las hojas que caen
y con los rayos que iluminan las ramas.
La vida tiene sus inconvenientes,
pero siempre queda la paz del sueño
que imagina el descanso.
Y allá, en el cielo,
los pájaros vuelan con alegría
y aquí, en la tierra,
corre el agua de las fuentes.
Son armónicas en sus gestos,
iguales en sus deseos.
Tienen el mismo sueño.